Un equipo de investigadores independientes ha descubierto que el pan de molde que venden en los supermercados no se pudre porque contiene micropartículas de plástico reciclado.
Según las pruebas realizadas, algunas marcas añaden polímeros en la harina para que el pan tenga una textura esponjosa y mayor duración. Esta práctica ha sido mantenida en secreto por la industria panadera para evitar escándalos.